· Categoría: Futsal Infantil
· Día y Hora: 06 de mayo, 11:30
· Campo: Nuestra Señora de los Ángeles
· Resultado: Nta. Sra. de los Ángeles 8-2 Arzobispal
· Goleadores: Pablo, Galdón
· MVP: Galdón
· Alineación: Quique, Rafa, Pablo, Dodi, Nacho
El día comenzaba con abundantes imprevistos (retrasos, pérdida de equipaciones…), pero al comienzo del partido llegaban cinco jugadores, los cinco que debían dar la cara por el equipo los primeros minutos hasta que llegasen los refuerzos. Comenzaron serios, pero a los cinco minutos una muy buena jugada rival puso el 1-0 en el marcador. En las últimas jornadas le cuesta a los arzobispales no ver todo negro si les hacen un gol, como si se tratase de el anticipo de algo más. Otro gol encajado y llegaron los refuerzos. Tras algunos cambios, la mentalidad del equipo cambió con los hombres de refuerzo, que no cargaban con la losa de esos dos goles. Nada más entrar, preciosa combinación típica de Futsal y gol de Pablo para los arzobispales. Llegaron los mejores minutos de los visitantes en el partido. Tocaban y tocaban, movían a sus rivales de un lado para otro, rotaban, no les robaban la pelota. Habían hecho a los locales sentir que el partido ya no iba a ser igual, que habían llegado para quedarse y llevarse la victoria. Los locales sufrieron, y la pelota merodeó sus redes en varias ocasiones, algunas incluso las salvaron bajo palos los jugadores cuando el portero ya estaba batido. Sufrieron y sufrieron, pero no encajaron. Y los arzobispales sí. Encajaron otro gol (el tercero) en una jugada aislada en la que daba la sensación de que casi todo el equipo podía haber hecho más.
Y así nos íbamos al descanso, con buenas sensaciones pero el marcador en contra. El problema (y lo que hace que el partido pareciese un monólogo local en el resultado) llegó en el segundo tiempo. Los arzobispales se volvieron terriblemente insulsos. Cometían errores superados hace meses que avivaban en sus mentes fantasmas pasados y les robaban la confianza completamente. Ya no se atrevían a hacer ciertas cosas cuando había que hacerlas, y hacían otras que no venían a cuento. Los locales no desaprovecharon las concesiones y golearon. El clima de enfado y tensión en los arzobispales no hacía sino crecer y había poco que hacer. El único destello de calidad nos lo dejó Galdón con otro gol de falta directa (ya nos tiene mal acostumbrados) que poco afectaba al marcador, pero era delicioso a la vista.
Y así concluyó el partido, y los visitantes se fueron a casa mentalmente muy golpeados. Trataremos de encontrar el espíritu de la primera parte para la última jornada en casa.
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